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La termofatiga es un fenómeno estructural que, a pesar de su relevancia, suele ser subestimado o pasado por alto en muchos procesos de diseño y evaluación de componentes metálicos. Se refiere al desgaste y daño acumulativo que se genera cuando un material es sometido a ciclos repetidos de calentamiento y enfriamiento, provocando expansiones y contracciones que inducen tensiones internas. Cuando estas tensiones térmicas se combinan con cargas mecánicas cíclicas, el riesgo de fallo se incrementa notablemente. Este fenómeno afecta a numerosas industrias, desde la automotriz y aeroespacial, hasta la generación de energía y la fabricación de maquinaria pesada, donde los equipos enfrentan cambios térmicos significativos a lo largo de su vida útil.

El daño por termofatiga no suele ser tan evidente como otros tipos de fallas, ya que se desarrolla a nivel microscópico antes de manifestarse de forma visible, lo que dificulta su detección temprana mediante inspecciones convencionales. Las microfisuras que aparecen debido a la expansión y contracción repetida de los materiales pueden propagarse con el tiempo, especialmente en zonas donde existen gradientes térmicos acentuados o concentraciones de esfuerzos. Por ejemplo, las turbinas de gas experimentan ciclos térmicos durante el encendido y apagado, los sistemas de escape automotriz están expuestos a variaciones térmicas rápidas, y los intercambiadores de calor soportan diferencias de temperatura constantes. En todos estos casos, la termofatiga juega un papel crucial en la determinación de la vida útil y confiabilidad del componente.

Una de las mayores dificultades al enfrentar la termofatiga es que, a diferencia de la fatiga mecánica tradicional, no basta con considerar solo las cargas repetitivas. Los gradientes térmicos generan esfuerzos térmicos internos que interactúan con las tensiones mecánicas, produciendo un efecto acumulativo complejo que debe evaluarse con herramientas especializadas. El diseño que omite esta consideración corre el riesgo de subestimar el daño real al que estará sometido el componente, lo que puede traducirse en fallos inesperados, costos adicionales por reparaciones y mantenimientos, e incluso problemas de seguridad en sistemas críticos.

Este contexto hace imprescindible que los profesionales involucrados en el diseño, análisis y mantenimiento de estructuras sometidas a condiciones térmicas variables adquieran una comprensión clara y práctica de la termofatiga. Por esta razón, el Webinar “Fatiga Termo-Estructural: durabilidad y daño térmico mediante simulación con ANSYS” está orientado a ingenieros mecánicos, diseñadores, analistas estructurales y especialistas en validación que buscan ampliar su conocimiento y capacidades en este tema.

 

El webinar incluye un caso práctico resuelto con el software nCode DesignLife, reconocido en la industria por su capacidad para realizar simulaciones de durabilidad que integran datos térmicos y mecánicos. Este ejemplo permitirá a los participantes visualizar cómo se pueden aplicar los conceptos discutidos a un escenario real, mostrando la metodología para evaluar la vida útil bajo condiciones térmicas cíclicas. Aunque el enfoque no es un tutorial del software, esta demostración práctica es valiosa para entender cómo herramientas avanzadas apoyan la toma de decisiones basadas en datos precisos, ayudando a evitar fallas prematuras y optimizar diseños.

Los beneficios de entender y aplicar correctamente el análisis de termofatiga son múltiples. En primer lugar, mejora la confiabilidad y seguridad de los componentes, al reducir la probabilidad de fallas inesperadas. Uno de los mayores desafíos en ingeniería es anticipar los puntos críticos donde una pieza puede fallar por la combinación de cargas térmicas y mecánicas a lo largo del tiempo; no se trata únicamente de entender cómo reacciona un material bajo ciertas condiciones, sino de predecir su comportamiento a lo largo de ciclos térmicos y mecánicos reales. Este tipo de simulaciones permite a los ingenieros no solo diseñar componentes más robustos, sino también proponer estrategias de mantenimiento mucho más eficientes, seguras y rentables. En lugar de realizar mantenimientos correctivos, donde solo se actúa una vez que la pieza ha fallado o muestra señales evidentes de daño, los análisis de termofatiga abren la puerta a mantenimientos predictivos basados en datos reales y simulaciones avanzadas. Esto es particularmente útil en sectores donde el costo del paro de una máquina o sistema completo es elevado, como en la industria automotriz, aeroespacial, energética o de manufactura pesada. Mediante el conocimiento profundo de cómo y cuándo una pieza comenzará a fallar, las empresas pueden planear con anticipación las paradas necesarias, ordenar los repuestos exactos con tiempo suficiente y evitar pérdidas operativas por mantenimientos no programados.

En segundo lugar, permite optimizar el diseño al evitar sobredimensionamientos innecesarios o materiales inapropiados, generando ahorros en costos y peso. Esta ventaja es especialmente crítica en industrias donde cada gramo o cada centímetro cuenta, como la aeroespacial, automotriz o de bienes de consumo con altas demandas de eficiencia. En estos sectores, sobredimensionar un componente no solo incrementa el consumo de material y los costos de fabricación, sino que también puede generar implicaciones negativas en el rendimiento del producto final. La aplicación de herramientas avanzadas de simulación estructural permite identificar con precisión las zonas críticas de un diseño, aquellas que realmente deben ser reforzadas, y distinguirlas de aquellas que pueden ser aligeradas sin comprometer la seguridad ni la funcionalidad. Esto significa que el ingeniero ya no tiene que depender exclusivamente de factores de seguridad excesivamente conservadores, sino que puede respaldar sus decisiones con datos concretos obtenidos a partir de modelos precisos y simulaciones robustas. Así, se promueve una ingeniería más inteligente, en la que se prioriza el uso eficiente de los recursos y se elimina el gasto innecesario en materiales costosos o procesos complejos.

Es importante destacar que la termofatiga no es un problema aislado ni exclusivo de una industria específica. Cualquier componente expuesto a ciclos térmicos repetidos puede sufrir este tipo de daño, desde estructuras metálicas, hasta piezas de maquinaria o componentes electrónicos. Por ello, el conocimiento sobre este fenómeno debe formar parte del acervo técnico de todo profesional involucrado en el ciclo de vida del producto, desde el diseño inicial hasta la operación y mantenimiento.

El conocimiento de la termofatiga en un contexto industrial es fundamental para que la evaluación no quede como un ejercicio teórico, sino que se transforme en un recurso real y útil que aporte valor a los proyectos.

La evaluación de termofatiga optimiza el diseño, reduce costos y mejora el mantenimiento predictivo con ANSYS nCode
 
 

Próximas fechas de capacitación

29 de Agosto de 2025


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